¿Qué diferencia hay entre psicosis y esquizofrenia?
La psicosis es un síndrome, no una enfermedad, caracterizado por una desconexión de la realidad. Afecta el pensamiento, la percepción y el comportamiento, y sus síntomas principales son las alucinaciones y los delirios. La esquizofrenia es una enfermedad mental crónica que se clasifica dentro del espectro de los trastornos psicóticos. Es decir, la psicosis es un término general que describe un conjunto de síntomas, mientras que la esquizofrenia es un diagnóstico específico que incluye, entre otros, la psicosis como uno de sus principales componentes.
¿Qué es la psicosis?
La psicosis no es un diagnóstico en sí mismo, sino una manifestación de un trastorno subyacente. Puede ser el síntoma de una variedad de condiciones, incluyendo enfermedades médicas, como tumores cerebrales o infecciones; trastornos neurológicos, como la enfermedad de Parkinson o la demencia; o uso de sustancias, como el alcohol o las drogas. También puede presentarse como un síntoma de trastornos mentales, como la esquizofrenia, el trastorno bipolar, la depresión severa o el trastorno de estrés postraumático.
Los dos síntomas cardinales de la psicosis son las alucinaciones y los delirios. Las alucinaciones son percepciones sensoriales que ocurren sin un estímulo externo. Pueden ser auditivas (oír voces), visuales (ver cosas que no están ahí), táctiles (sentir sensaciones en la piel), olfativas (oler olores que no existen) o gustativas. Los delirios son creencias fijas y falsas que no se basan en la realidad y que no son coherentes con las creencias culturales del individuo. Ejemplos comunes de delirios incluyen la paranoia (la creencia de que uno está siendo perseguido), los delirios de grandeza (la creencia de que uno tiene habilidades o poderes especiales) o los delirios somáticos (la creencia de que hay algo mal con el propio cuerpo).
Además de las alucinaciones y los delirios, la psicosis también puede manifestarse a través de pensamiento desorganizado (dificultad para mantener una línea de pensamiento coherente) y comportamiento desorganizado o catatónico (movimientos inusuales o rigidez).
¿Qué es la esquizofrenia?
La esquizofrenia es un trastorno mental complejo y crónico que se caracteriza por una amplia gama de síntomas que afectan la cognición, el comportamiento, las emociones y la percepción. A diferencia de la psicosis, la esquizofrenia es un diagnóstico específico que se basa en la presencia de síntomas psicóticos persistentes (como delirios, alucinaciones o pensamiento desorganizado) junto con otros síntomas que reflejan un deterioro significativo en el funcionamiento social, ocupacional o de otra área importante de la vida.
La esquizofrenia generalmente se diagnostica si los síntomas duran al menos seis meses e incluyen al menos un mes de síntomas «activos» (alucinaciones, delirios o discurso desorganizado). A menudo se divide en síntomas positivos, negativos y cognitivos.
- Síntomas positivos: Son aquellos que están presentes en el individuo, pero que no deberían estar, como las alucinaciones y los delirios.
- Síntomas negativos: Son aquellos que están ausentes en el individuo, pero que deberían estar, como la apatía (falta de interés), la anhedonia (incapacidad para sentir placer), la alogia (disminución del habla) y el afecto aplanado (reducción en la expresión emocional).
- Síntomas cognitivos: Son aquellos que afectan el funcionamiento mental, como problemas de memoria, atención, concentración y toma de decisiones.
El tratamiento y la evolución
El tratamiento de la psicosis se enfoca en la causa subyacente. Si la psicosis es causada por una condición médica o el uso de sustancias, el tratamiento se dirige a esa causa. Si la psicosis es parte de un trastorno mental, el tratamiento incluye medicamentos antipsicóticos para manejar los síntomas, combinados con terapia y apoyo social. La recuperación de un episodio psicótico puede ser completa si se aborda la causa subyacente.
En el caso de la esquizofrenia, el tratamiento es a largo plazo y a menudo de por vida. El pilar del tratamiento son los fármacos antipsicóticos, que ayudan a controlar los síntomas psicóticos, como las alucinaciones y los delirios. La terapia psicoterapéutica (como la terapia cognitivo-conductual) es fundamental para ayudar a las personas a manejar los síntomas, mejorar sus habilidades sociales y de afrontamiento, y reducir la probabilidad de recaídas. Además, la rehabilitación psicosocial es crucial para ayudar a las personas a recuperar su funcionamiento en la comunidad, en el trabajo y en sus relaciones.
La esquizofrenia es una enfermedad crónica que a menudo requiere un manejo continuo, aunque los síntomas pueden fluctuar en severidad. Con un tratamiento adecuado y un apoyo constante, muchas personas con esquizofrenia pueden llevar vidas productivas y satisfactorias.
Psicosis como síntoma versus esquizofrenia como enfermedad
La diferencia clave reside en que la psicosis es un síntoma mientras que la esquizofrenia es una enfermedad. Imagina la psicosis como la fiebre. La fiebre puede ser un síntoma de muchas cosas, como un resfriado, una infección viral o una enfermedad autoinmune. Del mismo modo, la psicosis puede ser un síntoma de muchas condiciones, desde el estrés extremo hasta la esquizofrenia. Nadie diría que tiene «fiebre» como una enfermedad; dirían que tienen una enfermedad que causa fiebre.
De la misma manera, no se diagnostica a alguien con «psicosis». En su lugar, el médico investigará la causa de los síntomas psicóticos. Si esos síntomas son persistentes, graves y se acompañan de un deterioro en el funcionamiento, entonces es probable que el diagnóstico sea esquizofrenia. Por lo tanto, la esquizofrenia es una de las principales causas de psicosis, pero no la única. Una persona puede experimentar un episodio psicótico y nunca desarrollar esquizofrenia.
Conclusión: La psicosis es el síntoma; la esquizofrenia es el diagnóstico
En resumen, la psicosis es un síndrome clínico que describe un estado de pérdida de contacto con la realidad, caracterizado principalmente por alucinaciones y delirios. Es un término amplio que se puede aplicar a muchas condiciones diferentes. La esquizofrenia, por otro lado, es un trastorno mental específico y crónico que se define por una constelación de síntomas, siendo la psicosis uno de los más prominentes. Todas las personas con esquizofrenia experimentan psicosis en algún momento, pero no todas las personas que experimentan psicosis tienen esquizofrenia. La distinción es crucial para un diagnóstico preciso y para el desarrollo de un plan de tratamiento efectivo y personalizado. El entendimiento de esta diferencia es fundamental tanto para los profesionales de la salud como para el público en general.