¿Qué tipos de psicosis hay?
La psicosis es un término clínico que describe un estado de la mente caracterizado por una pérdida de contacto con la realidad. No es una enfermedad en sí misma, sino un síndrome que puede ser un síntoma de varias condiciones de salud mental o física. Los síntomas principales incluyen alucinaciones (percepciones sensoriales que no son reales, como escuchar voces) y delirios (creencias falsas y firmes que no se basan en la realidad, como creer que uno está siendo perseguido). Comprender los diferentes tipos de psicosis es crucial para un diagnóstico y tratamiento precisos.
Psicosis como parte de trastornos del espectro de la esquizofrenia
Los trastornos del espectro de la esquizofrenia son quizás las condiciones más conocidas asociadas con la psicosis. La esquizofrenia es un trastorno crónico y grave que afecta cómo una persona piensa, siente y se comporta. Se caracteriza por un patrón de síntomas que pueden incluir delirios, alucinaciones, habla desorganizada, comportamiento motor desorganizado (o catatónico) y síntomas negativos (como la falta de expresión emocional o la disminución de la motivación). La psicosis en la esquizofrenia es persistente y suele requerir tratamiento a largo plazo. Un ejemplo de esquizofrenia es la esquizofrenia paranoide, donde predominan los delirios de persecución.
Otro trastorno relacionado es el trastorno esquizofreniforme, que presenta los mismos síntomas que la esquizofrenia, pero la duración es más corta, entre uno y seis meses. Si los síntomas duran más de seis meses, el diagnóstico se cambia a esquizofrenia. El trastorno esquizoafectivo es una combinación de síntomas de esquizofrenia y un trastorno del estado de ánimo, como la depresión mayor o el trastorno bipolar. En este caso, los episodios de psicosis ocurren simultáneamente con episodios del estado de ánimo. La presencia de la psicosis es, en este contexto, un elemento central de la enfermedad.
Psicosis asociada con trastornos del estado de ánimo
La psicosis no es exclusiva de la esquizofrenia. Los trastornos del estado de ánimo, como el trastorno bipolar y la depresión mayor, también pueden manifestar síntomas psicóticos. A esto se le conoce como psicosis afectiva.
En el trastorno bipolar, una persona experimenta episodios de manía (ánimo elevado y energía) o hipomanía, y episodios de depresión. Durante los episodios maníacos severos, una persona puede experimentar delirios de grandeza (creer que tiene poderes especiales o una misión importante) o alucinaciones. Durante los episodios depresivos severos, los síntomas psicóticos pueden incluir delirios de culpa, pobreza o enfermedad (creer que se es responsable de un desastre, que se está en la ruina o que se padece una enfermedad grave, incluso terminal). Estos delirios están en sintonía con el estado de ánimo de la persona.
La psicosis depresiva ocurre en el contexto de un episodio de depresión mayor severa. Los síntomas psicóticos, como se mencionó, reflejan un estado de ánimo de tristeza profunda, desesperanza o inutilidad. Es crucial distinguir la psicosis depresiva de la esquizofrenia, ya que el tratamiento se centrará en el estado de ánimo subyacente. Para obtener más información sobre el trastorno bipolar, puede consultar el NIMH (National Institute of Mental Health).
Psicosis inducida por sustancias
Las drogas y el alcohol pueden causar episodios psicóticos temporales. La psicosis inducida por sustancias se produce cuando el uso de una sustancia psicoactiva, como anfetaminas, cocaína, cannabis, LSD, o el uso excesivo de alcohol, desencadena alucinaciones y delirios. Los síntomas suelen resolverse una vez que los efectos de la sustancia desaparecen. Sin embargo, el uso crónico de ciertas drogas puede, en raras ocasiones, precipitar un trastorno psicótico duradero en personas vulnerables. La marihuana ha sido objeto de estudio por su posible vínculo con la psicosis, especialmente en adolescentes y en aquellos con predisposición genética. Para más información, la Fundación de Psiquiatría y Salud Mental de España ofrece recursos valiosos.
El síndrome de abstinencia de alcohol o de ciertos medicamentos sedantes también puede causar síntomas psicóticos. El delirium tremens es un ejemplo grave de psicosis por abstinencia de alcohol, caracterizado por alucinaciones intensas, confusión y agitación.
Psicosis por condiciones médicas
La psicosis también puede ser un síntoma de una condición médica subyacente que afecta el cerebro. Las causas pueden ser variadas e incluyen enfermedades neurológicas como la enfermedad de Parkinson, la enfermedad de Huntington, el Alzheimer y la epilepsia. Los tumores cerebrales, las infecciones (como la meningitis o el VIH), los trastornos autoinmunes y los desequilibrios metabólicos también pueden desencadenar un episodio psicótico.
En estos casos, el tratamiento se centra en la condición médica subyacente. Una vez que se trata la causa, los síntomas psicóticos a menudo disminuyen o desaparecen. La psicosis orgánica o psicosis secundaria es el término utilizado para describir este tipo de psicosis, donde el síndrome es una consecuencia directa de una enfermedad física. Para más información sobre el impacto de la epilepsia en la salud mental, se puede consultar el sitio de la Epilepsy Foundation.
Otros tipos de psicosis y consideraciones
Existen otras formas de psicosis menos comunes pero igualmente importantes. El trastorno psicótico breve es un episodio de psicosis que dura al menos un día pero menos de un mes. A menudo es desencadenado por un evento estresante importante, como la muerte de un ser querido o un trauma. Los síntomas son similares a los de la esquizofrenia, pero su breve duración y el desencadenante claro lo distinguen.
El trastorno delirante se caracteriza por la presencia de uno o más delirios que duran al menos un mes. Sin embargo, no hay alucinaciones prominentes (o son muy limitadas), y el comportamiento de la persona no es notoriamente extraño. Los delirios son a menudo no extraños, es decir, podrían ocurrir en la realidad (por ejemplo, ser espiado o engañado por la pareja).
Finalmente, la psicosis postparto es una forma rara pero grave de psicosis que puede afectar a las mujeres después de dar a luz. Los síntomas, que aparecen de forma repentina, pueden incluir alucinaciones (a menudo visuales y auditivas), delirios (a menudo relacionados con el bebé), y cambios extremos en el estado de ánimo. La psicosis postparto es una emergencia médica que requiere atención inmediata. Se puede encontrar más información y apoyo en la organización Postpartum Support International.
Comprender la diversidad de los tipos de psicosis es fundamental para un diagnóstico y tratamiento correctos. Un psiquiatra o profesional de la salud mental debe evaluar cuidadosamente la historia del paciente, los síntomas y las posibles causas para determinar la naturaleza de la psicosis y, por lo tanto, el mejor camino a seguir. Para aprender más sobre el diagnóstico, la Organización Mundial de la Salud (OMS) provee información detallada en su Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11).
El tratamiento puede incluir medicación antipsicótica, terapia (como la terapia cognitivo-conductual), y apoyo social. La recuperación es posible, especialmente con un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado. El estigma asociado con la psicosis es un obstáculo importante para la búsqueda de ayuda, por lo que es vital educar al público y a los afectados sobre estas condiciones. La Fundación de Ayuda para las Personas con Psicosis (FAFPP) es un recurso excelente.