Menciona al diablo en discursos públicos y en Twitter

El Papa Francisco regularmente menciona al diablo en discursos públicos y en Twitter.

Hace referencias regulares a: «El diablo, Satanás, el Acusador, el Maligno, el Padre de las mentiras, la Serpiente Antigua, el Tentador, el Seductor, el Gran Dragón, el Enemigo, el demonio y la legión».

Tenga en cuenta la terminología «serpiente» y «dragón», nombres que algunos creen aluden al reptiliano (o «anunnaki«) que a menudo está  asociado con el inframundo.

No cree que sea un mito, sino una persona real, el enemigo más insidioso de la iglesia. ¡Varios colegas teólogos han dicho que se ha excedido con el diablo y el infierno! Podemos estar tentados a preguntar: ¿Por qué demonios está el Papa Francisco tan involucrado con el príncipe de los demonios?

Este inteligente Papa jesuita se sumerge en aguas teológicas profundas, lugares donde muy pocos clérigos católicos modernos desean pisar. La aparente preocupación de Francisco por el diablo no es una cuestión teológica o escatológica. Es un llamado a las armas, una invitación a la acción inmediata.

Ofrece pasos muy concretos para combatirlo y al reino del mal en el mundo de hoy. Él está recurriendo a la visión fundamental de San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús, la propia familia religiosa del Papa.

Con sus continuas referencias al diablo, el Papa Francisco abre caminos con la predicación actual en la iglesia, que guarda demasiado silencio acerca del diablo y sus formas insidiosas, o lo reduce a una mera metáfora.

Durante los primeros meses del pontificado de Francisco en 2013, el Maligno apareció con frecuencia en sus mensajes. En su primer discurso importante a los cardenales que lo eligieron, el pontífice argentino les recordó.:

«No cedamos nunca al pesimismo, a la amargura que el diablo nos ofrece todos los días». En varias homilías diarias en la capilla de la casa de huéspedes del Vaticano, el Papa compartió historias diabólicas con las pequeñas congregaciones cautivadas, mientras él homilizaba sobre temas tabú.

Él ha ofrecido pautas sobre cómo derrotar la estrategia del demonio:

• Primero, es Jesús quien lucha contra el diablo. Segunda es que «no podemos obtener la victoria de Jesús sobre el mal y el demonio a la mitad».

Como dijo Cristo en el Evangelio de Mateo: «El que no está conmigo es contra mí, y el que no recoge conmigo, dispersa». El Papa ha insistido en que no debemos ser ingenuos: «El demonio es astuto: nunca será expulsado para siempre, esto solo sucederá el último día».

Francisco también ha llamado a las armas en sus homilías: «El diablo también existe en el siglo XXI». Tenemos que aprender del Evangelio cómo luchar contra él. Agregó que los cristianos no deberían ser «ingenuos» sobre los caminos del malvado.

El diablo no es más que una reliquia del pasado, dijo el pontífice. Reconociendo la astucia del diablo, una vez predicó Francisco: «El diablo es inteligente, conoce más teología que todos los teólogos juntos».

Ante una multitud de personas en el Domingo de Ramos en 2013, el Papa recién elegido incluso se atrevió a decir que cuando los cristianos enfrentan pruebas. Jesús está cerca, pero también es «el enemigo del diablo». «Viene, a menudo, disfrazado de ángel y astutamente nos dice su palabra».

Más recientemente, en el texto preparado que debía entregar (en la forma típica en que dio un discurso magistral y sin guión a 600.000 jóvenes en un mitin en Paraguay), el Papa presentó la descripción del trabajo del diablo.:

El diablo es un estafador

Hace promesas después de la promesa, pero nunca cumple. Nunca hará realmente nada de lo que diga. Por lo tanto, Él no cumple sus promesas. Te hace querer cosas que él no puede dar, ya sea que las obtengas o no. Te hace poner tus esperanzas en cosas que nunca te harán feliz.

Es un estafador porque nos dice que tenemos que abandonar a nuestros amigos y nunca apoyar a nadie. Todo se basa en las apariencias. Te hace pensar que tu valía depende de cuánto posees.

Desde el comienzo de su papado, Francisco ha estado advirtiendo que quien quiera seguir a Jesús debe estar al tanto de la realidad del diablo. La vida de cada cristiano es una batalla constante contra el mal, al igual que Jesús durante su vida tuvo que luchar contra el diablo y sus muchas tentaciones.

Para Francisco, el espíritu del mal en última instancia no quiere nuestra santidad, no quiere nuestro testimonio cristiano, no quiere que seamos discípulos de Cristo. En todas estas referencias al diablo reptiliano y sus muchos disfraces, el Papa Francisco desea llamar a todos a la realidad.

El diablo reptiliano es frecuentemente muy activo en nuestras vidas y en la iglesia. Nos atraes hacia la negatividad, el cinismo, la desesperación, la mezquindad del espíritu, la tristeza y la nostalgia.

Debemos reaccionar ante el diablo, dice Francisco, como lo hizo Jesús, quien respondió con la Palabra de Dios. Con el príncipe de este mundo no se puede dialogar. El diálogo es necesario entre nosotros, es necesario para la paz, es una actitud que debemos tener entre nosotros para escucharnos, entendernos unos a otros. Por lo tanto el diálogo nace de la caridad, del amor.

Pero con el Príncipe Oscuro no se puede dialogar; uno solo puede responder con la Palabra de Dios que nos defiende. El diablo ha regresado en este pontificado y está desempeñando un papel importante en el ministerio de Francisco.

¡Francisco habla en serio sobre el diablo!

Y aprovecha cada oportunidad que tiene para decirle al diablo que se largue de nuestras vidas y de nuestro mundo. No es que Francisco se haya enfocado en el poder del maligno, ni ha sido hipnotizado por las películas de Harry Potter o por el deseo de hacer secuelas de la película «Exorcista». ¡Este Papa no ve televisión!

Todas las tentaciones de las que habla Francisco a menudo son el revés realista en el corazón del mensaje del Papa jesuita argentino sobre el mundo que está cargado con la grandeza, la misericordia, la presencia y la fidelidad de Dios. Esos poderes son mucho más grandes que las travesuras del diablo reptiliano.