El riesgo de los aparatos ortopédicos (brackets)
Los aparatos ortopédicos para tratamientos de ortodoncia son cualquier cosa menos baratos, pero muchos padres están convencidos de que juntar el dinero para comprar frenos para sus hijos marcará la diferencia en sus futuros niveles de confianza. Después de todo, simplemente no tiene sentido que el niño con los dientes feos y torcidos crezca para tener tanta confianza como el que tiene los dientes perfectos y rectos, ¿verdad?
En realidad, por sorprendente que parezca, eso simplemente no es cierto. Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Adelaide en Australia descubrió que gastar el dinero en aparatos ortopédicos para sus hijos no necesariamente proporcionará el impulso de confianza que podría esperar.
Las personas a las que no se les colocaron aparatos ortopédicos cuando eran más jóvenes exhibieron un patrón de puntajes psicológicos más altos en cuatro áreas diferentes que aquellos cuyos padres encontraron el dinero para ponerles aparatos ortopédicos.
Los brackets no son necesariamente la clave de la felicidad
El estudio, que fue realizado por científicos de la Facultad de Odontología de la Universidad de Adelaide, incluyó a 448 participantes australianos que tenían 13 años en 1988/9. Los investigadores monitorearon al grupo hasta que cumplieron 30 años en 2005/6, momento en el que más del 33 por ciento había recibido tratamientos de ortodoncia.
Este estudio fue solo el segundo en el mundo en examinar el vínculo entre los frenos y la confianza y la felicidad futuras. Sorprendentemente, las personas que no habían recibido tratamientos de ortodoncia en su juventud terminaban siendo más felices y confiados que los que sí lo habían hecho.
Al igual que los que recibieron aparatos ortopédicos, los participantes que no recibieron intervenciones de ortodoncia exhibieron diversos grados de torceduras en sus dientes cuando eran adolescentes, y algunos tenían solo dientes ligeramente torcidos, mientras que otros tenían torsiones extremadamente graves.
Los investigadores monitorearon cuatro áreas diferentes de funcionamiento psicosocial, todas las cuales se sabe que se correlacionan con futuros comportamientos y resultados de salud.
Odontología hoy informó:
El estudio analizó cuatro aspectos psicosociales: qué tan bien se sentían las personas al enfrentar situaciones nuevas o difíciles y los contratiempos asociados; cuánto sentían que podían cuidar de su propia salud; el apoyo que creían recibir de su red personal; y su propio nivel de optimismo.
“Mi ortodoncista me recomendó que me colocara aparatos ortopédicos, pero estoy muy contento sin ellos”, señaló Alex Furlan, estudiante de odontología de cuarto año, a quien nunca se le colocaron aparatos ortopédicos. “Nunca sentí la necesidad de enderezar mis dientes; puedo seguir adelante en la vida sin tener los dientes perfectamente alineados”.
La autora del estudio, la Dra. Esma Dogramaci, señaló que, si bien muchas personas creen que los frenos son la clave para sentirse bien consigo mismos y tener un buen desempeño psicosocial, esto simplemente no es cierto. Sorprendentemente, una cosa simple que realmente marcó una gran diferencia en la confianza y la felicidad futuras fue cepillarse los dientes dos veces al día y visitar al dentista con regularidad.
Los frenos también presentan riesgos significativos para la salud
Sin embargo, además de ser realmente costosos y no necesariamente proporcionar un impulso de confianza en la vida posterior, los aparatos ortopédicos también pueden presentar riesgos reales para la salud.
El sitio web Healthfully.com advierte que los frenos pueden aumentar el dolor de mandíbula y los dolores de cabeza, dañar el tejido dentro de la boca, causar una pérdida radical de la raíz y aumentar las posibilidades de caries. Además, si se rompen los alambres delgados que sujetan los brackets a los dientes, estos alambres pueden raspar el interior de la boca, causando cortes y sangrado. El pegamento y el metal también pueden introducir toxinas en el cuerpo.
Por muy tentador que sea creer que los frenos mágicamente borrarán los problemas de confianza de nuestros hijos, esto simplemente no es cierto. En cambio, conllevan serios riesgos para la salud y simplemente no valen su enorme precio.