Chemtrails, particulas de aluminio y el daño que causan al cerebro
En el episodio del 19 de enero de Linderman Unleashed, Kurt Linderman pone al Dr. Russell Blaylock en el programa para hablar sobre los chemtrails y lo que le hace al cerebro humano las particulas de aluminio.
Blaylock señaló que también ha escrito varios artículos sobre los efectos de los adyuvantes y las vacunas, incluido su contenido de mercurio y aluminio, en humanos. Además, ha realizado una buena cantidad de escritos e investigaciones sobre el efecto de los productos químicos en aerosol cuando las personas los inhalan.
“Lo que sabíamos era que estas partículas tienden a viajar a lo largo de los nervios olfativos, que son los nervios del olfato y la nariz”, dijo. “Y viaja directamente a la parte del cerebro que tiene que ver con la memoria y las emociones, el hipocampo, el área interna y la corteza prefrontal, y puedes rastrear estas sustancias químicas que viajan a lo largo de ese nervio y se depositan en estas áreas del cerebro.”
El aluminio en aerosol, según Blaylock, también es otra cosa que pasa muy fácilmente por la misma vía y directamente al cerebro: pasa por alto la barrera hematoencefálica y va directamente al cerebro, donde se acumula.
En animales, el aluminio aerosolizado produce lesiones o daños en la zona del cerebro. Los mamíferos, por su parte, experimentarán cambios en la memoria, el aprendizaje y las emociones. En las personas con enfermedad de Alzheimer, por ejemplo, la concentración más alta de aluminio en el cerebro es el mismo punto de entrada, la corteza interna, donde los niveles continúan acumulándose.
Blaylock cree que esto por sí solo es evidencia convincente de que el aluminio en aerosol puede ingresar al cerebro y dañar áreas críticas. La peor parte es su tamaño: como nanopartícula, penetra fácilmente en el cuerpo de una manera que los metales normales no pueden.
El aluminio de tamaño nanométrico se puede usar en aerosoles que pueden pasar a través de las fosas nasales y entrar al cerebro en concentraciones muy altas, lo que lo hace infinitamente más tóxico.
Toxicidad por aluminio en vacunas
Los excipientes de aluminio que se encuentran en las vacunas que se administran a los niños pueden alterar su procesamiento auditivo y su función cerebral. Si bien la persona promedio puede absorber entre 10 y 100 miligramos (mg) de aluminio todos los días a través de desodorantes, utensilios de cocina, bicarbonato de sodio u otras fuentes ambientales, la excreción normal se realiza a través de la orina.
El aluminio también se utiliza en las vacunas como adyuvante o componente que estimula la respuesta inmunitaria a la vacuna. Permiten cantidades menores de la vacuna y menos dosis.
Para las mujeres embarazadas, la exposición al aluminio es especialmente peligrosa, ya que podría pasar fácilmente a través de la placenta y al bebé en desarrollo. El cerebro en desarrollo es más sensible a las sustancias tóxicas, y las partículas de aluminio de tamaño nanométrico pueden hacer que el cerebro se desarrolle de manera anormal y desencadenar una inflamación cerebral crónica.
Al examinar a personas con autismo hasta los 45 años, se encontró que las células inflamatorias en sus cerebros estaban altamente activadas, lo que significa que han estado expuestos durante mucho tiempo a sustancias tóxicas, gracias a los adyuvantes de las vacunas.
Con el mercurio y el aluminio presentes en las vacunas y utilizados como potentes potenciadores adyuvantes, las reacciones inmunitarias se vuelven hiperintensas.
“No solo lo hace hiperintenso en el cuerpo donde lo inyectas, sino que también se propaga al cerebro. El cerebro se inflama increíblemente. Y es por eso que estos pequeños bebés gritan y gritan durante días o semanas. Por eso tienen convulsiones. Por eso desarrollan narcolepsia. Es por eso que desarrollan todas estas complicaciones que se aceptan como complicaciones de la vacuna”, dijo Blaylock.
Si bien las neurotoxinas no son las únicas sustancias dañinas que se encuentran en las vacunas, son acumulativas y tienden a acumularse en el cerebro. No simplemente “se van”.
Los niños de hoy en día reciben varias vacunas, y muchas personas desconocen este importante aumento desde finales de la década de 1980. Las vacunas ahora se administran en combinaciones, y ahora se administran hasta siete vacunas a los bebés de 2 meses de una sola vez. Si bien las compañías médicas y las grandes industrias farmacéuticas afirman que esto es seguro, ninguna ciencia real ha establecido esto desde que los fabricantes de vacunas fueron liberados de responsabilidad por lesiones y muertes por vacunas en 1986 por el Congreso de los EE. UU.
Blaylock anotó que lo que hay en las vacunas ahora es más tóxico que antes. “Esta es una enfermedad neurológica de espectro completo desde el desarrollo y el nacimiento hasta los extremos de la edad. Es una cosa muy devastadora que estas personas han iniciado”, dijo.
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