Defensas inmunologicas: las vacunas no son la respuesta
Cuando comenzó la crisis del coronavirus, había muchas esperanzas de que al menos quienes sobreviven a la enfermedad desarrollen defensas inmunologicas y no tengan que preocuparse por volver a contraerla. Sin embargo, se ha vuelto dolorosamente evidente que no funciona de esa manera.
De hecho, 3 estudios que se han publicado recientemente ilustran cuán fugaz es realmente la inmunidad ofrecida por los anticuerpos contra el coronavirus.
El estudio más reciente sale de Londres, donde se analizaron las respuestas inmunitarias de los pacientes con COVID-19. Los investigadores descubrieron que los niveles de anticuerpos que podrían matar al virus disminuyeron rápidamente después de alcanzar su punto máximo algunas semanas después de que los pacientes presentaran síntomas por primera vez. En la cima de su batalla contra la enfermedad, el 60 por ciento de los pacientes tenían una respuesta de anticuerpos «potente»; dos meses después, sin embargo, solo el 16,7 por ciento de ellos tuvo esa respuesta.
Para algunos pacientes, la respuesta de anticuerpos contra el virus se volvió indetectable. La autora principal del estudio, Katie Doores, dijo que aunque las personas están produciendo respuestas de anticuerpos razonables al virus, esa respuesta se está desvaneciendo rápidamente.
Mientras tanto, un gran estudio llevado a cabo en España mostró que los anticuerpos desaparecen solo semanas después de que las personas dan positivo para la enfermedad, lo que desinfla las esperanzas de la posibilidad de lograr la inmunidad de rebaño. La inmunidad colectiva se produce cuando una cantidad suficiente de la población se vuelve inmune a una determinada enfermedad, ya sea enfermando o mediante vacunas, para que sea poco probable que se propague por la comunidad. El estudio, que fue publicado en la revista Lancet, encontró que el 14 por ciento de los que dieron positivo para anticuerpos no tenían ningún anticuerpo solo unas semanas después.
En el estudio participaron más de 60,000 participantes, quienes respondieron cuestionarios sobre los síntomas y se les hicieron análisis de anticuerpos y de sangre.
El informe declaraba: «En la actualidad, la inmunidad colectiva es difícil de lograr sin aceptar el daño colateral de muchas muertes en la población susceptible y la sobrecarga de los sistemas de salud».
Un estudio diferente, este de China, encontró que los anticuerpos se desvanecieron rápidamente en personas con síntomas de COVID-19 y pacientes asintomáticos por igual. Los científicos descubrieron que más del 90 por ciento de las personas en ambos grupos experimentaron disminuciones profundas en sus niveles de anticuerpos dos o tres meses después del inicio de su infección. Entre el grupo asintomático, el 40 por ciento dio negativo para anticuerpos solo ocho semanas después de ser liberado del aislamiento.
Las vacunas no son la respuesta
Por supuesto, no hace falta decir que si los anticuerpos desaparecen tan rápido, cualquier vacuna que se desarrolle tendría que administrarse repetidamente durante todo el año si las personas quisieran obtener cualquier tipo de protección. La mayoría de las personas no quieren recibir ni una sola vacuna, y mucho menos varias vacunas durante todo el año.
Lo que complica aún más las cosas es el hecho de que incluso si un paciente con coronavirus desarrolla anticuerpos, no necesariamente significa que tendrá alguna inmunidad. Escribiendo para CNN, el Dr. William Haseltine dijo: «Solo el 15 por ciento de los que dan positivo por anticuerpos fabrican los anticuerpos neutralizantes necesarios para desarrollar inmunidad».
Desafortunadamente, parece que COVID-19 es muy parecido a muchos otros tipos de coronavirus. Los anticuerpos para otros coronavirus comunes generalmente desaparecen completamente en algún lugar entre cuatro meses y un año, por lo que las personas pueden atrapar el mismo cada año.
Después de todo, las vacunas pueden no ofrecer mucha protección contra la enfermedad, y sus efectos a largo plazo no se probarán en gran medida a medida que se apresuren al mercado. Estos estudios subrayan la importancia de prevenir la enfermedad de forma natural. Use una máscara cuando esté cerca de otros, y no olvide que lavarse las manos con frecuencia sigue siendo esencial. Una de las mejores líneas de defensa es mantener su sistema inmunológico activo. Coma una dieta sana y equilibrada, y asegúrese de obtener mucha vitamina C, zinc y vitamina D del sol.
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