Comparando leches: ¿Cuál es mejor para ti?
En los últimos años, un número cada vez mayor de personas han cambiado la leche de vaca por alternativas no lácteas a base de plantas, como las leches de coco, arroz, almendras, cáñamo, avena, soja, quinua y espelta. Las razones de este cambio varían, desde preocupaciones éticas hasta la necesidad de evitar la lactosa.
Sin embargo, dado que estas leches tienen diferentes perfiles nutricionales, vale la pena examinar más de cerca algunas de ellas para determinar cuáles brindan la mayor cantidad de beneficios para la salud.
Leche de vaca
Como informa el Journal of Food Science and Technology, la leche se ha consumido en todo el mundo durante siglos y sirve como fuente de proteínas para millones de personas. También proporciona otros nutrientes importantes, como carbohidratos, grasas y una variedad de proteínas de defensa del huésped. La leche de vaca se consume mejor cruda.
No obstante, hay al menos cuatro razones por las que muchos han optado por deshacerse de los productos lácteos.
- Acidez: Para optimizar la protección de la salud y las enfermedades, los seres humanos deben mantener un equilibrio de pH ligeramente alcalino en el cuerpo, entre 7,3 y 7,45. Dado que los productos lácteos son generalmente ácidos, con un pH que oscila entre 4 y 6,85, pueden poner al cuerpo en un estado inflamatorio.
- Enfermedad: dado que los productos lácteos tienen un alto contenido de colesterol y grasas saturadas, pueden aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas, diabetes y obesidad.
- Toxinas: Los productos lácteos contienen hormonas de la vaca huésped, además de hormonas sintéticas que se administran a las vacas para estimular la producción de leche. Estas hormonas pueden interferir con el equilibrio natural de la función hormonal humana. Además, los productos lácteos contienen antibióticos que se administran a las vacas para tratar y prevenir enfermedades.
- Los humanos no somos vacas bebés: la leche de vaca tiene características muy diferentes a la leche humana y está destinada a ser consumida por terneros, no por personas.
Leche de almendras
La leche de almendras es probablemente la alternativa láctea más popular del mercado, y los estudios la han recomendado como la mejor alternativa para las personas con alergias e intolerancias a la leche.
En comparación con la leche de vaca, la leche de almendras tiene menos grasas saturadas y más grasas insaturadas. Las grasas saludables en la leche de almendras pueden ayudar a las personas a perder peso y no recuperarlo.
Dado que la leche de almendras es baja en calorías y proteínas, es posible que no sea adecuada para algunos niños. Como también es baja en calcio, las personas que solo beben leche de almendras probablemente tendrán que aumentar su consumo de verduras de hoja verde u otras fuentes de calcio.
Tenga cuidado con el «carbonato de calcio» agregado a las leches de almendras en el supermercado. Es una fuente de calcio de baja calidad que en realidad puede conducir a la calcificación de las arterias.
Leche de cáñamo
La leche de cáñamo es más baja en calorías y proteínas que la leche de vaca, pero contiene más proteínas que la leche de almendras. También tiene un alto contenido de grasas poliinsaturadas que, según las investigaciones, pueden reducir los niveles generales de colesterol.
Si bien el sabor a tiza puede no ser del agrado de todos, la leche de cáñamo no se separará en bebidas calientes, por lo que es una mejor opción que algunas de las otras alternativas a base de plantas no lácteas.
Leche de avena
El sabor cremoso y suave de la leche de avena la convierte en una buena opción para beber sola, agregarla a bebidas calientes o disfrutarla con cereal. Sin embargo, no es adecuado para personas celíacas o con intolerancia al gluten. Además, la leche de avena es muy rica en hidratos de carbono.
En el lado positivo, la leche de avena brinda incluso más vitamina B2 y riboflavina que la leche de vaca, y muchas empresas aumentan su valor nutricional agregando vitaminas y minerales adicionales.
Leche de soja
Cuando las personas deciden dejar de beber lácteos, la leche de soya suele ser su primera opción como reemplazo. Tiene la mayor cantidad de proteína de todas las leches de origen vegetal, y muchos fabricantes agregan calcio y vitamina D para aumentar su valor nutricional. La leche de soja también contiene isoflavonas, que según los estudios tienen efectos anticancerígenos.
Sin embargo, a muchas personas no les gusta el sabor de la soya, y los fabricantes a menudo agregan mucha azúcar adicional para tratar de enmascarar su sabor a frijol.
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