Eventos adversos graves después de la vacunación (AEFI)
Robert F. Kennedy Jr. continúa su cruzada personal contra la conspiración de las vacunas de Big Pharma y Big Government (AEFI)
Robert F. Kennedy Jr. es autor de un artículo contundente que explica que el gobierno está reteniendo información sobre las vacunas al público. También están cubriendo las muertes por las vacunas, para proteger a las compañías farmacéuticas.
Robert F. Kennedy Jr: los científicos expertos en vacunas y la comunidad de salud pública admitirán ocasionalmente que las vacunas pueden causar reacciones adversas. Lo mismo sucede con cualquier medicamento o producto biológico.
Los expertos están poco dispuestos a revelar abiertamente que las reacciones adversas pueden incluir la muerte. Con sólo ver los datos del Sistema de Informes de Eventos Adversos de las Vacunas (VAERS), puede darse cuenta que la mortalidad es un resultado posible.
De 1990 a 2010, por ejemplo, VAERS recibió 1.881 informes de muertes infantiles después de la vacunación. Esto representa el 4,8% de los eventos adversos notificados para los lactantes durante el período de 20 años.
Además, los analistas reconocen que VAERS, como sistema de vigilancia pasiva, está sujeto a un subregistro sustancial. Un informe del gobierno federal de 2010 afirma.: «VAERS captura sólo alrededor del 1% de los informes adversos de las vacunas».
En la frontera internacional, la comunidad de salud pública, junto con la Organización Mundial de la Salud (OMS), utilizaron previamente un marco de seis categorías para investigar y categorizar los eventos adversos graves después de la vacunación (AEFI), incluyendo la muerte.
Guiados por esta herramienta, los equipos de salud pública examinaron criterios temporales y posibles explicaciones alternativas.
De esta forma determinarían si la relación de AEFI con la administración de las vacunas era: «Muy probable / cierto», «probable», «posible», «improbable», «no relacionado» o «inclasificable».
A pesar de la lógica sugerida por el uso de un algoritmo, «el resultado final de la investigación depende del juicio personal del evaluador» (énfasis agregado).
Esto sucede especialmente cuando el proceso de las respuestas son consistentes e inconsistentes con una asociación causal a la inmunización. En una carta para el Indian Journal of Medical Ethics, los Dres. Jacob Puliyel y Anant Phadke plantean preguntas importantes sobre la herramienta revisada.
El Dr. Jacob Puliyel es pediatra con sede en la India y miembro del Grupo Asesor Técnico Nacional sobre Inmunización. El Dr. Anant Phadke es miembro ejecutivo de la All India Drug Action Network. Describen una situación Orwelliana en la que es casi imposible clasificar las muertes post-vacunación como relacionadas con la vacuna.
Esto se debe a que el algoritmo revisado no permite que los usuarios clasifiquen un AEFI como: «Consistente con una asociación causal con la vacuna». Salvo que haya evidencia que demuestre lo contrario Sin embargo, cualquier vacuna no encontrada «segura» en los ensayos de Fase III no puede pasar a la Fase IV.
La fase IV consiste en la autorización y vigilancia posterior a la comercialización. Cualquier muerte que ocurra después de la licencia se convierte en «coincidencia» o «inclasificable».
Los Dres. Puliyel y Phadke describen lo que sucedió cuando el comité nacional de AEFI evaluó 132 casos graves de AEFI. Fueron notificados entre 2012 y 2016, incluyendo 54 muertes infantiles que siguieron a la administración de una vacuna pentavalente.
Esta vacuna estaba destinada a proteger a los receptores contra la difteria, el tétanos, Pertussis, hepatitis B y Haemophilus influenzae tipo b. Para los bebés que sobrevivieron a la hospitalización: «El comité clasificó a las tres quintas partes (47/78) de los AEFI como causalmente relacionadas con las vacunas».
47% de los incidentes se consideraron «relacionados con el producto» El 13% se consideró como «relacionado con el error». Pero clasificaron a casi todas 52/54 de las muertes como: 54 % coincidente.
43% inclasificables, a pesar de la creciente evidencia de que las vacunas pentavalentes y hexavalentes aumentan el riesgo de muerte repentina en los bebés. Los médicos «ingenuamente» aceptan estos informes sesgados sobre la seguridad de las vacunas.
«Estos médicos están perdiendo la confianza del público y en el proceso están poniendo en peligro la salud pública». El absurdo y la negligencia inherentes a la lista final de la OMS no han escapado a la atención de otros en la India y más allá.
En una serie de comentarios publicados en la revista Vaccine en respuesta a la publicación de la herramienta revisada en 2013, los comentaristas emitieron las siguientes observaciones mordaces:
Incluso si un niño sano muere pocos minutos después de la vacunación y no hay ninguna explicación alternativa para el AEFI, los poderes podrían declarar fácilmente a la muerte como coincidencia y no debido a la vacuna, gracias a la nueva AEFI. Esto es «ciencia» peligrosa.
«Entre los 20 ítems de su lista de control, no menos de 15 (75%) se dedican a refutar una causalidad inducida por la vacuna. Después de todo y como los autores confiesan con una asombrosa ingenuidad, el punto principal es «mantener la confianza del público en los programas de inmunización».
«La gente entiende que no hay verdaderas coincidencias, sólo los hechos que han sido manipulados para parecer coincidentes con una auténtica falta de comprensión de los hechos generales que conducen a la «coincidencia» o a la «supresión deliberada de los hechos».
«Parece que el gran negocio de la industria de las vacunas está afectando a la ciencia de las vacunas». «Están desarrollando varias formas de promover el negocio a costa de vidas humanas». «La búsqueda de una herramienta menos sensible para las preocupaciones de seguridad, no sólo es ilógica, sino también arriesgada para los niños del mundo».
Desafortunadamente muchos partidarios de las vacunas parecen estar más preocupados por prevenir «conceptos erróneos» y «conclusiones erróneas sobre causa y efecto» que prevenir e identificar eventos adversos después de la vacunación.
El Dr. Puliyel sostiene que los médicos que «ingenuamente» aceptan informes sesgados sobre la seguridad de las vacunas «están perdiendo la confianza del público y están poniendo en peligro la salud pública».
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