Curar reflujo: personas con ERGE tomaron medicamentos de venta libre
La enfermedad por reflujo gastroesofágico, o ERGE, es tan frecuente, las compañías farmacéuticas han ideado varios medicamentos para curar reflujo, pero un nuevo estudio muestra que estos medicamentos simplemente no alivian los síntomas de las personas, y conllevan riesgos significativos.
La ERGE causa acidez estomacal y otras molestias cuando el ácido gástrico del estómago de una persona regresa al esófago. Por lo general, ocurre cuando el músculo que se abre brevemente desde el esófago para permitir que la comida ingrese al estómago se relaja durante demasiado tiempo o con demasiada frecuencia. Además de provocar la sensación de ardor en el pecho y la garganta conocida como gastritis.
En un gran estudio llevado a cabo por Cedars-Sinai Medical Center, se preguntó a 71.000 personas si experimentaban una lista de síntomas específicos de ERGE. Si es así, se les preguntó con qué frecuencia experimentaron cada síntoma y si estaban tomando medicamentos para ello. Algunos de los síntomas incluidos en el estudio estaban relacionados con la ERGE, como reflujo gastroesofágico, reflujo ácido y acidez de estómago, junto con otros síntomas gastrointestinales generales como estreñimiento, náuseas y dolor abdominal.
Los investigadores descubrieron que más de la mitad de las personas con ERGE que tomaron los populares medicamentos de venta libre conocidos como inhibidores de la bomba de protones, o IBP, continuaron experimentando síntomas persistentes. Estos medicamentos están diseñados para reducir la cantidad de ácido en el estómago de una persona, pero aparentemente no les brindan mucho alivio.
Además, el estudio mostró que ciertos grupos de personas tenían menos probabilidades de responder a los inhibidores de la bomba de protones. Estos incluían mujeres, personas más jóvenes, personas con enfermedad de Crohn o síndrome del intestino irritable y latinos.
Más de la mitad de las personas que toman IBP aún experimentan síntomas
Poco más del 44 por ciento de los encuestados dijeron que habían experimentado síntomas de ERGE en el pasado, mientras que el 30,9 por ciento los había experimentado durante la última semana. Más de un tercio de las personas con ERGE dijeron que estaban recibiendo algún tipo de terapia, y la mayoría recibió inhibidores de la bomba de protones. Entre el grupo que tomaba IBP, un preocupante 54,1 por ciento todavía experimentaba síntomas persistentes de ERGE.
El estudio se considera uno de los más grandes y diversos sobre síntomas gastrointestinales; los estudios anteriores se realizaron en áreas geográficas más pequeñas o con un muestreo que no representó muy bien a la población. Los investigadores midieron la gravedad de los síntomas de los pacientes utilizando cuestionarios validados proporcionados por los Institutos Nacionales de Salud.
El estudio puede haber sobrestimado la prevalencia de ERGE porque se describió a los participantes como una «Encuesta GI», lo que significa que aquellos con problemas gastrointestinales pueden haber estado más interesados en responder. Sin embargo, proporciona información valiosa sobre cuán mal están funcionando los tratamientos actuales cuando se trata de abordar este problema.
Los IBP no solo no ayudan a las personas a obtener alivio, sino que también las ponen en mayor riesgo de contraer enfermedades. Un estudio publicado en JAMA Neurology encontró que el uso de IBP aumentó drásticamente el riesgo de que los adultos mayores desarrollen demencia. En el estudio, las personas mayores que tomaron un IBP tenían un 44 por ciento más de probabilidades de ser diagnosticadas con demencia que sus compañeros. Aunque el estudio solo encontró una asociación en lugar de una causa y efecto, es algo que los pacientes deben tener en cuenta al considerar estos medicamentos.
El uso de IBP también se ha relacionado en estudios con la enfermedad renal y la insuficiencia renal. Un estudio de datos de salud de 190.000 participantes a lo largo de 15 años encontró una correlación entre el uso de IBP y un 20 por ciento más de riesgo de enfermedad renal crónica, así como cuadruplicar el riesgo de insuficiencia renal.
Como muchos otros medicamentos, los inhibidores de la bomba de protones dañan a las personas en lugar de ayudarlas. La idea de una solución rápida puede resultar atractiva, pero el control del peso y los cambios en la dieta son mucho más efectivos para controlar la acidez estomacal, y lo hacen sin aumentar el riesgo de enfermedad.
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